domingo, 16 de mayo de 2010

Duende del Asfalto

Ten cuidado cuando camines por este gris boulevard,
Que aquí las noches no son ensueño,
Son pesadilla,
Son aguardiente adulterado que enceguece la moral:
En las aceras fieras con hambre;
En los andenes niños sin carne;
En las callejas la dama grita
Porque un travesti
El cliente le quitó.
Y por el andén,
Que en la mañana abre sus puertas de cristal y oropel,
Camina el duende,
El Duende del Asfalto,
Mira sus pies,
Sus pantalones hieden a mierda, orina y sudores,
Y por camisa lleva un jergón que algún gran señor
Sin pena desechó.
El Duende del Asfalto,
Que tiene camas en cada parque,
Que tiene baños en los estanques,
Que tiene techos en cada puente,
Que arrastra un saco de sueños rotos
Que alguna vez soñó,
Cuando sus días no eran inciertos
Ni las miradas de todo el mundo lo maldecían
Por su condición.
El Duende del Asfalto,
Que estira siempre su brazo flaco,
Que se graduó de una maestría llamada Hambre
Y el doctorado lo recibió en Necesidad.
El Duende del Asfalto,
Míralo bien,
Que también es hombre,
Niño o mujer.
Que también grita cuando le pegan,
Que también sufre cuando lo hieren,
Que a lo mejor hasta ha olvidado lo que es un beso.
Míralo bien,
Que tiene un nombre que dijo un padre,
Que fue parido por una madre,
Que tiene carne, huesos y piel.
Que tiene un dios en alguna parte,
Que tiene fe
En que algún día
El mundo no lo escupa,
Ni lo patee,
Ni lo maldiga,
Ni lo condene.
Míralo bien,
Puedo ser yo.
Míralo bien.
El Duende del Asfalto,
Que hace un festín con lo que desprecio,
Que en la basura rebusca el oro que es el pan,
Que se pasea por este bosque llamado ciudad
Huyendo del desprecio,
Huyendo de un pasado,
Huyendo de sí mismo.
Que a lo mejor ha nacido rico,
Que a lo mejor encontró desquicio
En la Esquina del Vicio…
El Duende del Asfalto,
A quien también la lluvia lo moja,
Y quien también vive la congoja de haber nacido
En un mundo con silicona en el pecho.
El Duende del Asfalto,
Míralo bien,
Que viene y va,
Míralo bien.